lunes, 26 de junio de 2017

SEMANA DEL 26 DE JUNIO DE 2017 AL 2 DE JULIO DE 2017


Alabemos a Jehová con un espíritu dispuesto

“Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, bendigan a Jehová” (JUEC. 5:2).
1, 2. a) Según Elifaz y Bildad, ¿beneficia a Dios que le sirvamos? b) ¿Cómo expresó Jehová su opinión sobre el tema?
“¿PUEDE un hombre físicamente capacitado ser útil a Dios mismo, para que cualquiera que tenga perspicacia sea útil para con él? ¿Tiene deleite alguno el Todopoderoso en que seas justo, o ganancia alguna en que hagas sin culpa tu camino?” (Job 22:1-3). ¿Alguna vez ha pensado en la respuesta a preguntas como estas? Cuando Elifaz el temanita se las hizo a Job, de seguro creía que la respuesta era no. Su compañero, Bildad el suhita, incluso afirmó que los humanos no pueden ser justos ante Dios (lea Job 25:4).
(Job 25:4) De modo que, ¿cómo puede el hombre mortal tener razón ante Dios, o cómo puede uno nacido de mujer ser limpio?
Aquellos supuestos consoladores aseguraban que a Dios no le beneficia que lo sirvamos lealmente; argumentaron que para él no valemos más que una polilla, una cresa o un gusano (Job 4:19; 25:6). A primera vista, podríamos pensar que Elifaz y Bildad eran humildes (Job 22:29). Después de todo, lo que hacemos los seres humanos puede parecer insignificante si lo vemos desde la cima de una montaña o la ventanilla de un avión. Ahora bien, cuando Jehová mira nuestro planeta desde los cielos, ¿es así como ve lo que hacemos por el Reino? Él dijo lo que pensaba cuando corrigió a Elifaz, Bildad y Zofar por decir mentiras, y al mostrar que estaba contento con Job llamándolo “mi siervo” (Job 42:7, 8). En conclusión: una persona puede “ser útil a Dios”.

¿QUÉ LE DAMOS A DIOS?

3. ¿Qué dijo Elihú sobre nuestros esfuerzos por servir a Dios, y qué quiso decir?
Jehová no corrigió a Elihú por preguntar: “Si de veras tienes razón, ¿qué le das, o qué recibe él de tu propia mano?” (Job 35:7). ¿Estaba diciendo que nuestros esfuerzos por servir a Dios son inútiles? No. Lo que quería decir es que Jehová no depende de nuestra adoración. Él es un ser completo; no podemos hacerlo ni más rico ni más fuerte. Por el contrario, Jehová nos ha dado las cualidades, fortalezas o talentos que tenemos y se fija en qué uso les damos.
4. ¿Con qué compara Jehová nuestras buenas obras a favor de los demás?
Jehová considera que el amor leal que les mostramos a sus siervos se lo mostramos a él. “El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato”, dice Proverbios 19:17. ¿Significa eso que Dios toma nota cada vez que se demuestra bondad a los humildes? ¿Podemos concluir que el Creador del universo se considera en deuda con simples humanos que tratan con misericordia a los demás, que ve estos actos como préstamos que pagará con su favor y bendiciones? La respuesta es sí, como confirmó el propio Hijo de Dios (lea Lucas 14:13, 14).
(Lucas 14:13, 14) Pero cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; 14 y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo. Pues se te pagará en la resurrección de los justos”.
5. ¿Qué preguntas responderemos?
A Jehová le agrada que sus siervos fieles colaboren en el cumplimiento de su propósito, como quedó demostrado cuando le pidió al profeta Isaías que hablara en su nombre. Él aceptó con gusto y dijo: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”. (Is. 6:8-10). Hoy, miles de personas demuestran su misma actitud y están dispuestas a servir a Jehová en asignaciones difíciles. Aun así, alguien podría preguntar: “¿De verdad importa lo que yo haga? Aunque Jehová me da el privilegio de ofrecerme y colaborar con él, ¿no hará lo necesario para que se cumpla su Palabra sin importar lo que yo decida hacer en su servicio?”. Analicemos los sucesos que tuvieron lugar en la época de Débora y Barac, y encontraremos las respuestas.

EL TEMOR LOS PARALIZÓ, PERO JEHOVÁ LES DIO FUERZAS

6. ¿Cuál era la diferencia entre los israelitas y el ejército de Jabín?
El rey cananeo Jabín oprimió a los israelitas “con dureza durante veinte años”. La gente que vivía en los pueblos tenía miedo hasta de salir de sus casas. Desde un punto de vista militar, estaban mal equipados, ya que no tenían ni armas ofensivas ni defensivas. Sus enemigos, en cambio, tenían 900 carros de guerra con hoces de hierro (Juec. 4:1-3, 13; 5:6-8).*

Nota

Las hoces son hojas largas, afiladas y a veces curvas. Estaban fijadas a los carros, posiblemente a los ejes de las ruedas. Nadie se atrevería a acercarse a máquinas de guerra tan temibles.
7, 8. a) ¿Cuáles fueron las primeras instrucciones que Jehová le dio a Barac? b) ¿Cómo derrotó Israel al ejército de Jabín? (Vea el dibujo del principio).
Jehová le ordenó claramente a Barac mediante la profetisa Débora: “Ve, y tienes que desplegarte sobre el monte Tabor, y tienes que llevar contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón. Y ciertamente atraeré hacia ti, al valle torrencial de Cisón, a Sísara el jefe del ejército de Jabín, y sus carros de guerra y su muchedumbre, y verdaderamente lo daré en tu mano” (Juec. 4:4-7).
Se corrió la voz, y los voluntarios se reunieron en el monte Tabor. Barac no perdió tiempo en obedecer las instrucciones de Jehová (lea Jueces 4:14-16). Durante la batalla principal, en Taanac, un aguacero repentino convirtió el terreno en un lodazal. Barac persiguió al ejército de Sísara por 24 kilómetros (15 millas), hasta Haróset. En algún momento, Sísara abandonó su temible carro de guerra, ahora inútil, y corrió hasta Zaananim, tal vez cerca de Quedes. Fue a ocultarse a la tienda de Jael, la esposa de Héber el quenita, y ella lo recibió amablemente. Cansado por la batalla, se quedó dormido. Ahora estaba en las manos de Jael, quien, actuando con valor y decisión, le dio muerte (Juec. 4:17-21). El enemigo de Israel había sido derrotado.*
 (Jueces 4:14-16) Débora ahora dijo a Barac: “Levántate, porque este es el día en que Jehová ciertamente dará a Sísara en tu mano. ¿No es Jehová quien ha salido delante de ti?”. Y Barac vino descendiendo del monte Tabor con diez mil hombres en pos de él. 15 Y Jehová empezó a poner en confusión a Sísara y todos sus carros de guerra y todo el campamento a filo de espada delante de Barac. Por fin Sísara se bajó del carro y echó a huir a pie. 16 Y Barac corrió tras los carros de guerra y el campamento hasta Haróset de las naciones, de modo que todo el campamento de Sísara cayó a filo de espada. No quedó ni siquiera uno.
Nota
Puede leer más sobre esta emocionante historia en el artículo “Me levanté como madre en Israel” de La Atalaya del 1 de agosto de 2015.

NO TODOS TUVIERON UN ESPÍRITU DISPUESTO

9. ¿Qué más nos cuenta Jueces 5:20, 21 sobre la batalla contra Sísara?
Los capítulos 4 y 5 de Jueces deben estudiarse juntos, pues cada uno incluye detalles que no están en el otro. Por ejemplo, Jueces 5:20, 21 cuenta: “Desde el cielo pelearon las estrellas, sí, desde sus órbitas pelearon contra Sísara. El torrente de Cisón los arrolló”. ¿Se refiere a que los ángeles ayudaron a Israel o a que se produjo una especie de lluvia de meteoritos? El relato no da detalles. Pero ¿a qué otra cosa, aparte de a la intervención de Dios, podría atribuirse que cayera en el lugar y momento precisos un aguacero que inutilizó 900 carros de guerra? En Jueces 4:14, 15, se atribuye la victoria a Jehová tres veces; ninguno de los 10.000 voluntarios israelitas podía llevarse el mérito.
10, 11. ¿Qué era “Meroz”, y por qué se la maldijo?
10 Un detalle interesante es que, en la canción de victoria de Débora y Barac, donde alaban a Jehová por su intervención sobrenatural, dicen: “Maldigan a Meroz —dijo el ángel de Jehová—, maldigan a sus habitantes incesantemente, porque no vinieron en auxilio de Jehová, en auxilio de Jehová con los poderosos” (Juec. 5:23).
11 Parece que la maldición a Meroz se cumplió de forma tan completa que hoy no sabemos con seguridad qué era. ¿Se trataba de una ciudad que no envió voluntarios a la batalla? Tuvieron que haber oído la convocatoria de Jehová, porque 10.000 hombres de la región se reunieron para participar en la ofensiva. Y si era una ciudad por la que pasó Sísara en su huida, ¿tuvieron sus habitantes la oportunidad de detenerlo y no la aprovecharon? Podemos imaginarlos viendo a este cruel guerrero corriendo por sus calles, solo y desesperado. Se les presentaba la magnífica oportunidad de contribuir a que se cumpliera el propósito de Jehová y recibir bendiciones de su parte. Pero en aquel momento decisivo en que tenían que escoger entre hacer algo y no hacer nada, ¿decidieron quedarse al margen? ¡Qué distinta fue la valiente acción de Jael que se cuenta justo en los versículos siguientes! (Juec. 5:24-27).
12. a) ¿Qué dos actitudes se contrastan en Jueces 5:9, 10? b) Teniendo en cuenta estos ejemplos, ¿en qué debemos meditar?
12 En Jueces 5:9, 10, vemos otra diferencia entre la actitud de los que acompañaron a Barac y la de quienes no lo hicieron. Él y Débora felicitaron a “los comandantes de Israel, que fueron voluntarios entre el pueblo”. Estos eran muy diferentes de los que cabalgaban “en asnas de color rojo amarillento”, demasiado orgullosos como para involucrarse, y de los que se sentaban “sobre alfombras preciosas” y amaban el lujo. A diferencia de los que andaban “por el camino”, que preferían una vida fácil, los que fueron con Barac estuvieron dispuestos a ir a la batalla en las laderas rocosas del monte Tabor y el valle pantanoso de Cisón. A todos los que buscaron su comodidad se les dijo: “¡Consideren!”, porque debían meditar en la oportunidad de ayudar a Jehová que habían dejado escapar. También deben hacerlo los que hoy no acaban de decidirse a servir a Dios con todas sus fuerzas.
13. ¿Qué diferencia hubo entre la actitud de las tribus de Rubén, Dan y Aser y la de Zabulón y Neftalí?
13 Los que se ofrecieron vieron con sus propios ojos cómo defendía Dios su soberanía. Tuvieron cosas significativas que decir cuando “se pusieron a relatar los actos justos de Jehová” (Juec. 5:11). Por otro lado, en Jueces 5:15-17 se critica a las tribus de Rubén, Dan y Aser por interesarse más en sus posesiones —rebaños, naves y desembarcaderos— que en lo que Jehová estaba haciendo. En cambio, Zabulón y Neftalí arriesgaron la vida para apoyar a Débora y Barac (Juec. 5:18). Este contraste en la forma de ver el servicio voluntario nos enseña una gran lección.

“BENDIGAN A JEHOVÁ”

14. ¿Cómo demostramos que apoyamos la soberanía de Jehová?
14 En la actualidad, no se nos pide que peleemos en ninguna guerra, pero sí tenemos el privilegio de predicar con valor y entusiasmo. Hoy, más que nunca, la organización de Jehová necesita voluntarios. Millones de hombres y mujeres, jóvenes y mayores, se ofrecen para servir de tiempo completo como precursores, betelitas o en la construcción de Salones del Reino, o como voluntarios en las asambleas. Y no olvidemos a los ancianos que tienen responsabilidades de peso en los Comités de Enlace con los Hospitales y en la organización de asambleas. Tengamos por seguro que Jehová valora mucho esa buena disposición y nunca la olvidará (Heb. 6:10)
Antes de tomar una decisión, pensemos en el efecto que tendrá en nuestra familia y en la congregación. (Vea el párrafo 15).
15. ¿Qué preguntas nos pueden ayudar a darnos cuenta de que nos estamos volviendo indiferentes respecto al servicio a Jehová?
15 Todos debemos preguntarnos: “¿Dejo que los demás se encarguen de la mayoría del trabajo? ¿Es mayor mi interés por las cosas materiales que mi deseo de servir más a Jehová? ¿Tengo la misma fe y valor que Barac, Débora, Jael y los 10.000 voluntarios, y uso todos mis recursos para obedecer las claras órdenes de Jehová? Si estoy pensando en la oportunidad de irme a otra ciudad o país para ganar más dinero, ¿he orado y meditado en el efecto que tendría en mi familia y en la congregación?”.*

Nota

Vea el artículo “Ansiedad por la economía”, de La Atalaya del 1 de julio de 2015.
16. ¿Qué podemos darle a Jehová que no tenga ya?
16 Jehová nos da el honor de permitirnos apoyar su soberanía. Desde la primera vez que el Diablo atrajo con engaños a los humanos para que respaldaran su ataque a la soberanía de Dios, los que se ponen de parte del Creador le mandan a Satanás un mensaje alto y claro. A Jehová le agradan la fe y la integridad que nos motivan a ofrecernos en su servicio (Prov. 23:15, 16). El apoyo leal que le damos le sirve para responder a las burlas y desafíos de Satanás (Prov. 27:11). Nuestra obediencia y lealtad a Jehová le dan algo que considera valioso y que lo hace sentirse muy feliz.
17. ¿Qué anuncia Jueces 5:31 para el futuro?
17 Pronto la Tierra estará habitada solo por los que quieren que su gobernante sea Jehová y nadie más. ¿Verdad que deseamos mucho que venga ya ese día? Igual que Débora y Barac, clamamos: “Perezcan todos tus enemigos, oh Jehová, y sean los que te aman como cuando el sol sale en su poderío” (Juec. 5:31). Este deseo se cumplirá cuando Jehová destruya el malvado mundo de Satanás. Cuando comience la batalla de Armagedón, no hará falta que ningún hombre se ofrezca para aplastar al enemigo. Será el momento de quedarnos quietos y ver la salvación de Jehová (2 Crón. 20:17). Mientras tanto, hay muchas oportunidades para apoyar la voluntad de Dios con valor y entusiasmo.
18. ¿Cómo beneficia a los demás que nos ofrezcamos a servir a Jehová?
18 Débora y Barac comenzaron su canción de victoria alabando al Altísimo, no a hombres. Dijeron: “Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, bendigan a Jehová” (Juec. 5:1, 2). Deseamos que también hoy nuestra disposición a servir a Dios beneficie a otros y los impulse a alabar siempre a Jehová.
¿POR QUÉ CREE USTED...

  • ... que a Jehová no le gusta que descuidemos su obra?
  • ... que Jehová valora y recompensa el servicio fiel de simples humanos?
  • ... que a Jehová le importa que mostremos un espíritu dispuesto?
====================


 “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”

1. Deshonra hoy la humanidad
el santo nombre de Jehová;
lo pintan como un Dios muy cruel
o en él se niegan a creer.
“¿En mi defensa, quién saldrá
y mi justicia exaltará?”
“¡Aquí estoy yo! Envíame.
Tu nombre yo defenderé.
(ESTRIBILLO)
”Mayor honor no puede haber, no.
Yo iré, envíame.”
2. Los necios dicen del Señor
que es lento, que no tiene amor;
adoran vanos ídolos
o al César dan lo que es de Dios.
“¿Al malo, quién advertirá
del juicio que se acerca ya?”
“¡Aquí estoy yo! Envíame.
Sin miedo yo le advertiré.
(ESTRIBILLO)
”Mayor honor no puede haber, no.
Yo iré, envíame.”
3. Los mansos gimen de dolor
y al cielo elevan su clamor;
ansiosos buscan la verdad
que les dará la libertad.
“¿Al manso, quién enseñará
las buenas nuevas de la paz?”
“¡Aquí estoy yo! Envíame.
Paciente yo le enseñaré.
(ESTRIBILLO)
”Mayor honor no puede haber, no.
Yo iré, envíame.”
====================

PFC777

lunes, 19 de junio de 2017

SEMANA DEL 19 AL 25 DE JUNIO DE 2017

DOMINGO 25


¿Tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová?

“Yo declararé el nombre de Jehová. [...] Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia” (DEUT. 32:3, 4).


 

¿CÓMO NOS AYUDARÁ RECORDAR ESTOS VERSÍCULOS SI SOMOS VÍCTIMAS DE ALGUNA INJUSTICIA?

1, 2. a) ¿Qué injusticia sufrieron Nabot y sus hijos? b) ¿De qué dos cualidades hablaremos en este artículo?
VISUALICEMOS la escena. Acusan falsamente a un hombre de haber cometido un delito que se castiga con la muerte. Todo el mundo sabe que los testigos contra él son personas que no sirven para nada, pero sus mentiras bastan para condenarlo. Sus familiares y amigos están asombrados e indignados. A los que aman la justicia les repugna ver que se ejecuta a este hombre inocente y a sus hijos. Esta historia no es inventada. Es lo que le ocurrió a Nabot, un siervo fiel de Jehová que vivió cuando Acab era rey de Israel (1 Rey. 21:11-13; 2 Rey. 9:26).
En este artículo no solo hablaremos de lo que le ocurrió a Nabot, sino también del error de juicio que cometió un fiel anciano del siglo primero. Examinar estos ejemplos de la Biblia nos enseñará que, para demostrar que tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová, debemos ser humildes y estar dispuestos a perdonar cuando vemos alguna injusticia en la congregación.

SE COMETE UNA GRAN INJUSTICIA


3, 4. ¿Qué clase de persona era Nabot, y por qué se negó a venderle su viña al rey Acab?
En una época en la que la mayoría de los israelitas seguían el mal ejemplo del rey Acab y su esposa, la malvada reina Jezabel, Nabot sirvió fielmente a Jehová. Los que adoraban a Baal no respetaban a Jehová ni sus leyes. Pero Nabot era diferente. Consideraba que la amistad con Dios era más importante que la vida misma.
(Lea 1 Reyes 21:1-3). Cuando Acab le pidió a Nabot que le vendiera su viña o que se la cambiara por otra mejor, este se negó. ¿Por qué? Él dijo con respeto: “Es inconcebible por mi parte, desde el punto de vista de Jehová, que yo te dé la posesión hereditaria de mis antepasados”. Rechazó la oferta porque Jehová les había prohibido a los israelitas que vendieran para siempre la herencia familiar (Lev. 25:23; Núm. 36:7). Está claro que Nabot veía las cosas igual que Jehová.
(1 Reyes 21:1-3) Y aconteció, después de estas cosas, que había una viña que pertenecía a Nabot el jezreelita, la cual estaba en Jezreel, al lado del palacio de Acab el rey de Samaria. 2 Así que Acab habló a Nabot y dijo: “Dame tu viña, sí, para que me sirva de huerta de legumbres, porque está cerca de mi casa; y déjame darte en lugar de ella una viña mejor que ella. [O] si es bueno a tus ojos, ciertamente te daré dinero por precio de esta”. 3 Pero Nabot dijo a Acab: “Es inconcebible por mi parte, desde el punto de vista de Jehová, que yo te dé la posesión hereditaria de mis antepasados”.
5. ¿Qué participación tuvo Jezabel en el asesinato de Nabot?
Lamentablemente, la negativa de Nabot llevó al rey Acab y a su esposa a cometer una serie de actos despreciables. A fin de obtener la viña para su esposo, ella se encargó de que se acusara falsamente a Nabot, lo que resultó en que fueran ejecutados él y sus hijos. ¿Cómo reaccionó Jehová ante esa gran injusticia?

DIOS HACE JUSTICIA

6, 7. a) ¿Cómo demostró Jehová que ama la justicia? b) ¿Por qué debió servirles esto de consuelo a la familia y amigos de Nabot?

Jehová envió rápidamente a Elías para que hablara cara a cara con Acab. El profeta lo acusó con toda razón de ser un asesino y un ladrón. ¿Cuál fue el veredicto de Jehová? Acab, su esposa y sus hijos acabarían igual que Nabot y sus hijos (1 Rey. 21:17-25).

Aunque los asesinatos provocados por las acciones de Acab causaron dolor a la familia y amigos de Nabot, estos sin duda sintieron algo de consuelo al saber que Dios estaba al tanto de esa injusticia y había tomado medidas de inmediato. Sin embargo, su humildad y su confianza en Jehová seguramente se pusieron a prueba cuando los acontecimientos dieron un giro inesperado.


8. ¿Cómo reaccionó Acab cuando escuchó el castigo que Jehová había impuesto, y qué pasó después?

Cuando Acab se enteró del castigo que Jehová había impuesto, “procedió a rasgar sus prendas de vestir y a ponerse saco sobre la carne; y emprendió un ayuno y siguió acostándose en saco y andando desalentadamente”. Acab se humilló. ¿Qué ocurrió después? Jehová le dijo a Elías: “Por razón de que se ha humillado a causa de mí, no traeré la calamidad en sus propios días. En los días de su hijo traeré la calamidad sobre su casa” (1 Rey. 21:27-29; 2 Rey. 10:10, 11, 17). Jehová, “el examinador de los corazones”, le mostró cierto grado de misericordia (Prov. 17:3).

LA HUMILDAD NOS PROTEGE

9. ¿Por qué protegería la humildad a la familia y amigos de Nabot?
¿Cómo afectó esta decisión a los que conocían el horrible crimen que había cometido Acab? Parecía que Jehová había cambiado la condena, y eso pudo poner a prueba la fe de los familiares y amigos de Nabot. ¿Qué los protegería en tal caso? La humildad, pues los motivaría a seguir adorando fielmente a Jehová, con la confianza de que es incapaz de cometer injusticias (lea Deuteronomio 32:3, 4). En el caso de Nabot, sus hijos y sus otros familiares, Dios hará justicia perfecta cuando resucite a los justos (Job 14:14, 15;Juan 5:28, 29). Además, una persona humilde recuerda que “el Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala” (Ecl. 12:14). En efecto, cuando Jehová dicta una sentencia, tiene en cuenta factores que nosotros no conocemos. Por lo tanto, la humildad protege a los inocentes de naufragar espiritualmente.


(Deuteronomio 32:3, 4) Porque yo declararé el nombre de Jehová. ¡Atribuyan ustedes grandeza, sí, a nuestro Dios!  4 La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.


10, 11. a) ¿En qué situaciones se podría poner a prueba nuestro sentido de la justicia? b) ¿De qué maneras nos protegerá la humildad?

10 ¿Cómo reaccionaremos si los ancianos toman una decisión que no entendemos o con la que tal vez no estamos de acuerdo? Por ejemplo, ¿qué haríamos en los siguientes casos? Nosotros o alguien muy querido pierde un privilegio que valora mucho en la congregación. Se expulsa a nuestro cónyuge, a uno de nuestros hijos o a un amigo cercano, y nos parece que es injusto. O creemos que no estuvo bien que se mostrara misericordia al que cometió un pecado. Estas situaciones pueden poner a prueba nuestra fe en Jehová y en cómo ha organizado a su pueblo. Veamos de qué dos maneras nos protegerá la humildad.


¿Cómo reaccionaremos si los ancianos anuncian una decisión con la que no estamos de acuerdo? (Vea los párrafos 10 y 11).

11 En primer lugar, la humildad nos hará admitir que no sabemos todos los detalles. No importa lo bien que conozcamos la situación, solo Jehová puede ver lo que hay en el corazón de la persona (1 Sam. 16:7). Ser conscientes de esta verdad innegable nos ayudará a reconocer con humildad nuestras limitaciones y a cambiar nuestra opinión sobre el asunto. En segundo lugar, la humildad hará que seamos sumisos y esperemos con paciencia a que Jehová corrija las injusticias que se hayan podido cometer. El sabio Salomón escribió: “Les resultará bien a los que temen al Dios verdadero [...]. Pero de ninguna manera le resultará bien al inicuo, ni prolongará sus días” (Ecl. 8:12, 13). Actuar con humildad es lo mejor para la salud espiritual de todos los implicados (lea 1 Pedro 5:5).

UN CASO DE HIPOCRESÍA

12. ¿Qué relato analizaremos, y por qué?
12 En el primer siglo, los cristianos de Antioquía de Siria se enfrentaron a una situación que puso a prueba no solo su humildad, sino su disposición a perdonar. Analicemos el relato y veamos cómo nos ayuda a evaluar nuestra actitud hacia el perdón y a entender mejor cómo se relaciona este con el concepto de Jehová sobre la justicia.
13, 14. a) ¿Qué responsabilidades se le confiaron a Pedro? b) ¿Cómo demostró valor?
13 El apóstol Pedro era un anciano muy conocido entre los cristianos. Fue amigo de Jesús, quien le dio importantes responsabilidades (Mat. 16:19). Por ejemplo, en el año 36, Pedro tuvo el honor de llevar el mensaje de las buenas nuevas a Cornelio y su casa. Eso fue todo un acontecimiento, pues Cornelio era un gentil que no estaba circuncidado. Cuando él y los suyos recibieron el espíritu santo, Pedro dijo: “¿Puede alguien negar el agua de modo que no sean bautizados estos, que han recibido el espíritu santo igual que nosotros?” (Hech. 10:47).
14 En el año 49, los apóstoles y los ancianos de Jerusalén se reunieron allí para decidir si tenían que circuncidarse los gentiles que se hacían cristianos. En esa reunión, Pedro tomó la palabra con decisión y les recordó a los hermanos que, algunos años antes, unos gentiles incircuncisos habían recibido el espíritu santo. El testimonio de Pedro fue muy útil para que el cuerpo gobernante tomara una decisión (Hech. 15:6-11, 13, 14, 28, 29). Seguramente, tanto los judíos como los no judíos que se habían hecho cristianos agradecieron esa valiente exposición de los hechos. Desde luego, debía ser fácil confiar en un hombre tan maduro y espiritual (Heb. 13:7).
15. ¿Qué error cometió Pedro en Antioquía de Siria? (Vea el dibujo del principio).
15 Poco después de esa reunión del año 49, Pedro visitó Antioquía de Siria. Allí, se relacionaba libremente con sus hermanos no judíos, quienes sin duda se beneficiaban de su conocimiento y experiencia. Pero, de pronto, Pedro dejó de comer con ellos. ¿Se imagina lo sorprendidos y decepcionados que se sintieron? Eso influyó en otros cristianos judíos de la congregación, incluso en Bernabé, que empezaron a hacer lo mismo. ¿Qué hizo que un anciano maduro cometiera un error de juicio como ese, que podía dividir a la congregación? Y, lo que es más importante, ¿qué lecciones que nos serán de utilidad si nos hacen daño las palabras o acciones de un anciano podemos sacar de este caso?
16. a) ¿Qué corrección recibió Pedro? b) ¿Qué preguntas surgen?
16 (Lea Gálatas 2:11-14). Pedro cayó en la trampa del temor al hombre (Prov. 29:25). A pesar de conocer de primera mano lo que Jehová pensaba al respecto, le dio miedo la opinión de los judíos circuncisos de la congregación de Jerusalén. El apóstol Pablo, quien estuvo presente en la reunión del año 49, se encaró a Pedro en Antioquía y le dijo que estaba actuando con hipocresía (Hech. 15:12; Gál. 2:13, nota). ¿Cómo reaccionarían al trato injusto de Pedro los cristianos no judíos que fueron víctimas de su error? ¿Permitirían que los hiciera tropezar? ¿Perdería él sus privilegios por ese error?
(Gálatas 2:11-14) Sin embargo, cuando Cefas vino a Antioquía, lo resistí cara a cara, porque se hallaba condenado. 12 Porque, antes de la llegada de ciertos hombres desde Santiago, solía comer con gente de las naciones; pero cuando estos llegaron, se puso a retirarse y a separarse, por temor a los de la clase circuncisa. 13 Los demás de los judíos también se unieron a él en hacer esta simulación, de modo que hasta Bernabé fue llevado con ellos en su simulación. 14 Mas cuando yo vi que no estaban andando rectamente conforme a la verdad de las buenas nuevas, dije a Cefas delante de todos ellos: “Si tú, aunque eres judío, vives como las naciones, y no como los judíos, ¿cómo obligas a gente de las naciones a vivir conforme a la práctica judía?”.

SEPAMOS PERDONAR

17. ¿Cómo se benefició Pedro del perdón de Jehová?
17 Es evidente que Pedro fue humilde y aceptó la corrección que recibió de Pablo. No hay nada en las Santas Escrituras que indique que perdió sus privilegios. Es más, después Dios lo inspiró para escribir dos cartas que llegaron a formar parte de la Biblia. Algo interesante es que, en la segunda, llama a Pablo “nuestro amado hermano” (2 Ped. 3:15). Aunque su error de juicio pudo causar dolor a sus hermanos no judíos, Jesús, cabeza de la congregación, siguió usándolo (Efes. 1:22). Así, aquellos cristianos tuvieron la oportunidad de imitar a Cristo y a su Padre al perdonarlo. Es de esperar que nadie tropezara por el error de un hombre imperfecto.
18. ¿En qué situaciones tal vez debamos demostrar que tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová?
18 Hoy, igual que en el siglo primero, no existen ancianos perfectos, pues “todos tropezamos muchas veces” (Sant. 3:2). Sabemos bien que eso es cierto. Pero ¿y si las imperfecciones de un hermano nos afectan personalmente? ¿Tendremos el mismo concepto de la justicia que Jehová? Por ejemplo, ¿cómo reaccionaremos si un anciano hace un comentario que deja entrever algo de prejuicio? ¿Tropezaremos si habla sin pensar y nos ofende o nos hiere? En vez de apresurarnos a concluir que el hermano ya no cumple con los requisitos para ser anciano, ¿esperaremos con paciencia a que actúe Jesús, cabeza de la congregación? ¿Nos esforzaremos para ver el cuadro completo, tal vez tomando en cuenta sus muchos años de servicio fiel? ¿Nos alegraremos si un hermano que ha pecado contra nosotros sigue siendo anciano o incluso recibe más privilegios? Nuestra disposición a perdonar demostrará que tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová (lea Mateo 6:14, 15).
(Mateo 6:14, 15) ”Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes; 15 mientras que si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco perdonará su Padre las ofensas de ustedes.
19. ¿Cuál deber ser nuestra determinación?
19 Los que amamos la justicia esperamos que llegue el día en que Jehová borre por completo todas las injusticias que Satanás y su mundo han causado a la humanidad (Is. 65:17). Mientras tanto, resolvámonos a reflejar el mismo sentido de la justicia que Jehová, reconociendo con humildad nuestras limitaciones y perdonando generosamente a los que pecan contra nosotros.
¿CÓMO NOS AYUDARÁ RECORDAR ESTOS VERSÍCULOS SI SOMOS VÍCTIMAS DE ALGUNA INJUSTICIA?



Gracias, Jehová

1. Te damos las gracias a diario, Jehová,
por tu luz preciosa y tu verdad.
Las gracias te damos por la oración
y por socorrernos en la aflicción.
2. Te damos las gracias por Cristo Jesús,
que al mundo venció por su fe y virtud.
Las gracias te damos por guiarnos, Señor,
en tus rectas sendas de paz y amor.
3. Te damos las gracias por el gran honor
de dar testimonio de tu amor.
Las gracias te damos por tu Reino leal,
por tantos favores, oh gran Jehová.

==========================

PFC777